¿Nunca pensaste
cuán distinta sería tu vida si hubieras tomado otra decisión?
¿Qué tal si ese día en el que lo conocí hubiera
decidido faltar a clases? Entonces hubiera seguido esperando por el amor del
otro chico que me obsesionaba.
¿Qué
hubiese pasado si ese día en el que los dos quedamos solos en el aula y sólo un
gato nos conectaba le hubiese hablado? No dejo de pensar que entonces algo sería diferente.
¿Qué
hubiese pasado si ese día hubiese llevado auriculares y no hubiese escuchado la
bocina del tren a unos pocos metros míos? Tal vez mi vida hubiera
terminado en ese instante.
Pero… ¿Qué
tan diferente sería todo lo demás fuera de mi control? ¿Realmente la diferencia
de mi vida hoy sería tan distinta cuando hay tanto de lo que vivo que está y
siempre estuvo fuera de mis manos?
Hoy no
estoy bien, pero así es como tiene que ser. Estoy satisfecha, porque si no
fuese yo sería alguien más, y aunque
tenga terribles noches, yo sé que puedo soportar lo que otros no.
Con un
buen espíritu de leona protegiendo a su cría.
Y todas
mis decisiones, y todas las cosas fuera
de mi control me llevaron a esto.
Soy
débil, pero en mi debilidad encontré la manera de seguir y aceptar las
consecuencias.
Y eso
extrañamente me llena de paz. Paz. Qué lindo sentir al menos por un instante nuevamente
esa sensación.
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