Dos líneas paralelas siempre se cortan en el punto impropio. Claramente dos caminos siempre se cruzan de alguna manera. Todo es posible.
Lo que no sé es si son felices. Si lo son, sólo dura un instante, sólo un momento en la eternidad, un punto en el espacio.
A veces un instante es todo lo que necesitamos.
A veces ese instante nos recuerda que no somos una solitaria recta aislada.
Necesito de esos instantes para seguir adelante.
Tal vez yo sólo sea una recta, pero en el plano existen más curvas. Es así que la intersección no necesariamente es un punto.
Así es la vida. Intersecciones de rectas y curvas.
Sólo busco una curva que aunque haya permanecido alejada en la primer parte de mi vida, a partir de cierto momento se superponga con la recta que es mi vida, y ya no se separe. Pero no quiero asíntotas.
Todo es posible en un mundo de infinitas posibilidades.
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